Por Camilo Leiva Jiménez
En el afán de encontrar una definición propia de lo que es la música para mi tesis, es que me he puesto a escribir y reflexionar en torno a cuatro experiencias musicales, que he vivido en los últimos diez años de mi vida, donde la música fue cada vez más importante. Este escrito, a diferencia de los otros presentes en este blog, nace solamente desde el corazón y sin un fin académico. Así mismo, no están totalmente relacionadas con el contenido de este blog, puesto que solo dos de las experiencias relatadas se relacionan con la cultura tradicional. Tal vez son microetnografías de lo percibido durante el desarrollo de estas cuatro historias, o simplemente recuerdos de un loco apasionado por el arte de Euterpes. Sin más que acotar, pasemos a este escrito.
En la Picá 'e la Yasna.
“El almuerzo empieza a las 13, y no se sabe a qué hora termina”, me advierten por teléfono al invitarme a la picá'. Preparado para la zandunga, enfilo los pasos hacia aquel lugar, que parece ser solo una casa. El almuerzo transcurre y pienso en las “tonaditas para la hora del té” de las que me hablaba Margot, tonadas que se cantaban para las señoras mientras tomaban el té. “Aquí serían tonaditas para el almuerzo”, pienso para mí.
“Los pantalones, los pantalones
Los pantalones ¡que grandes están!
Se me suben, se me bajan (el público se levanta y vuelven a sus asientos)
¡Se me meten en la raja! (gritan todos en el público junto al músico)
Y ya no puedo ni caminar”