viernes, 29 de noviembre de 2019

Defensa del Roto Chileno




“Devuélvanse a su población de mierda, rotos conchas de su madre”… Esta frase peyorativa, que quedará en la historia negra y olvidada de la historia chilena, me ha dado muchas vueltas en la mente durante estos días, desde las manifestaciones en La Dehesa en Santiago de Chile, el día 24 de noviembre del 2019.

Analicemos un poco quién es el roto chileno, y porqué esta frase resulta típica de la oligarquía, mas totalmente desentendida del real valor del roto chileno, puesto que tal como nos señala San Martín:

Roto Chileno en 1872
José Santos Tornero
La “gente bien” o “decente”, como se autodenomina, llama “roto” a quien no se conduce según los cánones  establecidos por ellos mismos. Hacer una rotería es cometer una deslealtad o alguna grosería. Los pijes [gente de clase alta] hablan de la “rotada” refiriéndose a los obreros o campesinos de bajo nivel económico y cultural. A pesar de este uso despectivo del término, el roto, como tipo chileno, es tal vez el más auténtico representante de eso que podríamos llamar caracterología chilena (San Martín, 1970: 168).

Hernán Núñez Oyarce, gran cuequero y defensor del roto chileno, señala en un diálogo que transcriben Loyola & Cádiz: "Llaman roto a un gallo mal educa'o, pero el roto es sufrido, es noble, es solidario, respetuoso, duro pa'l trabajo" (2010: 60).

En efecto, el roto chileno es el fiel representante del pueblo, de aquellos sujetos subalternos que tantas veces han sido silenciados y que son protagonistas de la intrahistoria de la que habla Fidel Sepúlveda (2010). 

domingo, 3 de noviembre de 2019

Toque de queda... ¿Se acaba la cueca? [1]



Por Camilo Leiva Jiménez
Estudiante de Antropología UAH

Durante los últimos años el fenómeno de la cueca brava o centrina, como la han denominado distintos estudiosos y cultores, se ha revitalizado encontrando en la juventud distintos cultores que se juntan en distintos lugares de Santiago a cantar y bailar esta música casi bicentenaria.

Declarado el toque de queda durante la semana del 21 al 25 de octubre, los cuequeros y cuequeras de Santiago quedaron sin un espacio esencial en su vida cotidiana como son las juntas para cantar a la rueda en espacios públicos, y las distintas picadas populares en las que solemos reunirnos a cantar y bailar.

El día jueves, en pleno bandejón de la Alameda, decidimos juntarnos algunos cuequeros y cuequeras a cantar, en una forma de manifestarnos y de recuperar aquel espacio que el toque de queda nos quitó. A las cuatro de la tarde, y con un sol que nos quemaba, partieron los primeros sones de guitarras, panderos y platos. “En cualquier tono sale cueca”, a la respuesta de “¿cuecazo o qué?”, el canto irrumpió con la fuerza que el cante jondo español le heredó a esta música. Pero, ¿por qué cueca, si responde a una danza declarada danza oficial en 1979 en plena dictadura? Porque como dijo el gran cuequero Hernán, “Nano”, Núñez Oyarce:

     En ella se expresa el pueblo
     Con todos sus sentimientos
     De lo lindo que es la vida
     Y también de sus tormentos.

Tras las primeras tímidas cuecas, donde cantamos unos pocos, empezó a agrandarse el lote, con dos acordeones, varias guitarras, panderos, tañadores, platos y hasta ollas con cucharas de palo, la cueca se tomó aquél espacio del bandejón. Los bailarines, a sabiendas de la reunión de los músicos llegaron al poco rato, y comenzó el bochinche, bajo la estricta mirada de militares y carabineros que observaban con desconfianza desde la entrada del metro República.

Inicio del Cuecazo, Alameda con República. Fotografía: Camilo Leiva.